¿Por qué te entrenas?

Sí, en cierta parte se trata de aprender a actuar, pero en términos de continuidad, se trata de mantener, promover o explorar. Esa es su dinámica. Que no ves el arte como algo estático -  algo que consigues una vez y luego sigues haciendo - sino como algo que está en continuo movimiento. El entrenamiento es donde investigas o encuentras esto.

Leon Ingulsrud. SITI

Una doble necesidad

Nuestro punto de partida es doble: la necesidad de un actor entrenado y la necesidad de romper con su aislamiento.

Por un lado, creemos en el actor entrenado, en continua ejercitación y desarrollo de sus herramientas, como ocurre en otras disciplinas artísticas. Las escuelas de teatro cumplen la función de educar y formalizar dichas herramientas, y es el contacto con la realidad del trabajo lo que las pone en práctica. No existe después de la escuela otro espacio o entorno para continuar su desarrollo y fortalecimiento. Nuestro concepto de entrenamiento pretende el ejercicio continuo y profundo, ‘vertical’ de las mismas.

Por otro lado, el actor está solo. El camino para desarrollar su instrumento es un camino que recorre en solitario. Vértico nace con la intención de compartir ese camino, de tener y potenciar la experiencia de entrenarse dentro de un grupo, de una comunidad que persigue los mismos intereses. Encontrar un espacio donde encontrarse y compartir, un gremio.

Horizontal / Vertical

Después de pasar por una escuela, como actor continúas generalmente tu formación a través de talleres o cursos. Con ello abres el abanico de técnicas a tu disposición, pero a menudo sin poder proseguir tu exploración en ellas. Acumulas una información que te permite sobrevolar las técnicas a vista de pájaro, quizás descubrir importantes aspectos de tu personalidad artística. Este tipo de contacto se traduce en un conocimiento ‘horizontal’ y tiene el riesgo de quedarse en la superficie, en lo general o sin relieve en tu carrera profesional.

En Vértico proponemos una alternativa, un conocimiento vertical que consiste en la continua indagación en aquellos aspectos que son comunes en distintas técnicas y aproximaciones al hecho teatral. Penetrar en estos aspectos concretos sólo es posible si nos ejercitamos en ellos con cierta continuidad y a lo largo del tiempo. El compromiso con cualquier disciplina (entendida como arte y disposición) es la única vía para desarrollar plenamente la técnica, llevarnos hasta el límite de sus posibilidades y hacernos llegar cada vez más lejos en nuestra práctica artística.

¿Quién es el Maestro?

Cuando empiezas a aprender cualquier técnica artística tienes un maestro que te enseña los principios y la filosofía de la técnica. Necesitas este maestro de la misma manera que cualquier explorador necesita un guía experimentado antes de salir en un territorio desconocido. El o ella ya ha estado allí, probablemente conoce ya muy bien los errores y tropezones que vas a hacer a lo largo del camino.

Más tarde, tras un conocimiento básico de las rutas y principales señales del territorio, dices "adiós" al maestro y comienzas a explorar por tu propia cuenta. Todavía te queda mucho por conocer, pero ahora es el terreno, la técnica artística en sí, lo que se convierte en el maestro. Sigues practicando y es la técnica lo que te enseña los próximos pasos a seguir.

Finalmente, después de años de entrenar e investigar, empiezas a adaptar la técnica hacia tus propias necesidades e inquietudes artísticas. No solamente conoces bien el territorio, tal vez mejor que tu primer guía, también decides reclamar el territorio como tuyo para construir tu propia casa artística allí. Ya eres tu propio maestro.